11 de Enero de 2017 por Sebastián Eduardo Goldman (@pachangoldman)

Luniniec

Bielorrusia. Antes Polesie, Polonia (1920-1951)

Historia familiar de Sebastián E. Goldman

Búsqueda de documentación y confirmación de ciudadanía Polaca de Sebastián E. Goldman.
Fotos familiares históricas.


Hace bastante tiempo que estoy con ganas de escribir esta historia. No lo hice anteriormente quizás por una cuestión de tiempo o porque simplemente quería que las cosas sigan su curso hasta finalizar el trámite. Recién hoy puedo comenzar a contarles las cosas que viví durante estos casi 7 años.

Corría el año 2010 cuando charlando con mi amigo Calderan Ezequiel surgió la posibilidad de viajar a Europa a trabajar. De qué no se, pero a esa idea fue la disparadora de una larga historia que les voy a contar. 
Como muchos de ustedes sabrán Goldman es un apellido de origen judío de Europa del este. Mi abuelo, bisabuelos y tíos abuelos paternos, vinieron a la Argentina hacia fines de la década del ´20, comienzos de ´30 procedentes de un pueblo de nombre Luniniec, una pequeña aldea que tenía apenas unos 2.500 habitantes. 
Por desgracia no pude conocer a mi abuelo Luis ya que falleció cuando mi papá era joven pero si pude conocer a mi bisabuelo Motel (aunque no lo recuerde) y a 2 tíos abuelos, Marta que nos dejó hace uno años y a Abraham que aún podemos disfrutarlo y compartir con él las memorias de la familia.

Por lo tanto, para comenzar con mi idea de obtener la ciudadanía de mis abuelos debía comenzar una investigación de todo el árbol genealógico. Abraham fue quien me relató sus recuerdos de la infancia y quien me contó como fue que los Goldman llegaron a la Argentina.

Los años previos a la 2da Guerra Mundial fueron momentos difíciles para todas las familias judías. Las persecuciones eran constantes y hasta habían comenzado a expropiar negocios, incendiar comercios y hasta agredir física y verbalmente a los judíos solo por su condición religiosa. Uno de los hermanos de mi bisabuelo, de nombre Aron había viajado a la Argentina en 1924 y a través de cartas se comunicaba con los suyos en Polonia y les contaba de sus vivencias en nuestro país. A razón de lo anteriormente dicho y también en busca de mejoras fue que mi bisabuelo, motivado por su hermano decidió cruzar el charco en Junio de 1928. No fue fácil tomar tal decisión ya que dejaría a su mujer y a sus cuatro hijos en una Polonia difícil. Incluso dejaría a sus otros hermanos y a sus padres a los cuales jamás volvería a ver.

Año y medio después, llegarían su mujer y sus 4 hijos instalándose en Paraná, Entre Ríos para siempre…

Cuando consulté con Abraham si recordaba la documentación que trajeron de Polonia, ya que me era de suma importancia me dijo que recordaba algo respecto de un pasaporte familiar polaco pero que desconocía donde podría estar. Ante la consulta de partidas de nacimiento, me dijo que tampoco tenía conocimiento de que hayan venido con ellos. Así que estaba en la nada con respecto a la documentación necesaria para iniciar el trámite.

Lo primero que pensé fue buscar en internet, ya que consideraba que habría otras personas en la misma situación que yo. Allí me encontré con un el sitio www.polonia-es.com en donde a través del foro “Consulado Virtual” una persona de apodo Dubno ayudaba a todos los que le consultaba sobre como podían iniciarse en esta travesía.

Reunir los papeles fue algo complejo pero no imposible. Dependía de muchas organizaciones gubernamentales y de sellados que demoraban muchas veces 15 o 20 días. Cuando pude juntar toda la documentación local consulté por una traductora de confianza. Allí me recomendaron a Iwonna así que rápidamente la contacté y la fui a ver para contarle mi caso. Después de conversar con ella me dijo que realmente era muy difícil de poder obtener resultados positivos con los papeles que tenía, pero no me quedaba otra. No sabía donde más buscar documentación. Así que continué hasta presentar la carpeta. Tiempo después, la respuesta fue negativa.

En ese momento sentí como si me hubieran desinflado como un globo, mi animo estaba por el piso. Si bien seguía con ganas de hacer una experiencia de trabajo en europa, estaba creciendo profesionalmente acá y sentía que quizás no era el momento. Mientras me propuse continuar hasta encontrar documentación importante.

Tomé fuerza durante 2 años y volví a la carga. Averigüé en la Policía de Paraná si alguno de mis familiares presentó documentos polacos al momento de obtener su cédula de la provincia de Entre Ríos. Encontré fotos y documentos argentinos microfilmados a través de varias cartas enviadas a la división de antecedentes personales.

Busqué documentos de todos mis familiares que se naturalizaron argentinos en juzgados civiles de Capital Federal. Pedí averiguación de antecedentes. Busqué en documentos del registro de la propiedad e inmueble. Fui al CEMLA y al Archivo General de la Nación. Encontré los libros de vapores con la lista de pasajeros del barco de donde vinieron, procedentes de Cherburgo, Francia. A través de gente conocida dentro del RENAPER solicité prontuarios de documentos argentinos. Fui a Migraciones y pedí desgravar el registro de entradas al país de los barcos Alcantara y Deseado. Lo único que me interesaba era encontrar documentación Polaca. El resultado… NADA.

Escribí e-mails a distintas organizaciones en Polonia. Escribí a Bielorrusia. Fui al consulado Bielorruso. Escribí al ejército de Rusia. Le pagué a un gestor trucho que residía en Israel pero que tenía “contactos” en Polonia para buscar documentos de mis familiares. Busqué por todos lados, TODOS. 

El último lugar a donde fui fue al que me quedaba más cerca de mi casa. A la Policía Federal Argentina. Allí luego de enviar varias cartas a la División de Antecedentes Personales, a través de un artículo de la constitución pude pedir que me entreguen copia de la documentación encontrada en los prontuarios de mis abuelos. Querían entregarme un informe detallando lo que encontraban pero yo necesitaba los originales. Finalmente lo logré. Allí en el prontuario de mi bisabuelo encontré su pasaporte polaco y su acta de matrimonio en lengua polaca. Ese día fue la gloria. 

Después de buscar durante 5 años encontré el documento que podría volver a abrir mi confirmación de ciudadanía. 
Luego de eso, desde un juzgado de Paraná pude encontrar la partida de nacimiento de mi tía abuela Marta, otro documento de vital importancia. Así que con todo lo nuevo, volví a verla a Iwonna para preparar una vez más los papeles para ver si ahora si podría confirmar mi ciudadanía polaca. 

Finalmente, en marzo del año pasado pude obtener la ciudadanía. Las sensaciones que tuve en ese momento fueron miles. La primera fue orgullo de haber llegado a donde quería. Otra de las cosas que sentí fue de plenitud y fortaleza, de sentir que pase lo que pase siempre había encontrado la manera de continuar adelante, de repensar estrategias, de entrecruzar datos y de ingeniármela escribiendo en Inglés, Polaco, Ruso y Bielorruso para obtener documentos que me ayuden a concretar lo que realmente deseaba.

Fueron años de mucha incertidumbre, de sentir que estas remando algo contra todo y todos. De saber que aunque presentes mil documentos, si te la quieren rechazar tu solicitud lo van a hacer encontrando algún argumento. Fueron años difíciles en los cuales invertí muchísimo tiempo y muchísimo dinero. Y no me arrepiento de ninguna de las dos. No porque el resultado final haya sido exitoso, sino que lo primero me sirvió para conocer a mi familia paterna y lo segundo fue una consecuencia de lo anterior.

Quizás después de todo éste documento quede en un cajón por el resto de mi vida. Pero fue el motor que me despertó la admiración y lo que me permitió aprender, de donde vengo. Y eso, no es poca cosa. Ni tiene precio.!

Agradezco mucho a Iwonna Czechowicz, Abraham Goldman y Carlos Keppert. Sin ellos, nada hubiera sido posible.
Ojalá mi historia sirva aunque sea para investigar quienes fuimos, de donde venimos y conectarnos con la familia!

Quien necesite ayuda, no deje de escribirme (pachangoldman@gmail.com)
De corazón los ayudaré.
Saludos.
Pachán.
El nuevo “Argentino-Polaco”